El mastín tibetano

 


El mastín tibetano, también conocido como mastín tibetano, es una raza canina que se originó en el Tíbet, donde se empleaba como perro de trabajo y como perro guardián de rebaños y monasterios. Es una de las razas más antiguas y se cree que dio origen a todos los mastines y grandes perros de montaña.



El mastín tibetano es un perro grande y fuerte que puede soportar grandes cantidades de esfuerzo físico. Su pelaje grueso y abundante lo mantiene caliente en el invierno. Puede pesar hasta 100 kg y medir más de 80 cm a la cruz. Tiene una cabeza grande y maciza con ojos pequeños y oscuros, orejas caídas de tamaño mediano y un hocico ancho y poderoso. Largo y peludo, tiene una cola enroscada que cuelga sobre su espalda.



El mastín tibetano es un perro inteligente y equilibrado. En contraste con ser cauteloso y reservado con los extraños, es increíblemente devoto y protector con su familia humana. Para evitar problemas de dominación o agresión, necesita una socialización temprana, así como una educación sólida y positiva. No es un perro que se pueda tener en un espacio reducido o por principiantes.


Se requiere una dieta de alta calidad que sea apropiada para el tamaño y el nivel de actividad del mastín tibetano. Para prevenir problemas en las articulaciones o el corazón, es fundamental que controle su peso. Además, requiere visitas al veterinario de rutina, vacunas al día y cepillado regular para mantener su pelaje ordenado y sin nudos.


Aunque se cansa con facilidad, el mastín tibetano es un perro increíble que puede correr hasta 48 km/h. Los fanáticos de la raza también valoran mucho su ladrido distintivo. Es un perro que necesita mucho cuidado y atención, pero que brinda una lealtad y un compañerismo inigualables.

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