Los cocuyos

 

¿Te imaginas ver un montón de luces verdes parpadeando en la noche como si fueran estrellas? Pues eso es lo que hacen los cocuyos, unos insectos increíbles que tienen la capacidad de iluminar con su propio cuerpo. Los cocuyos son como pequeños farolitos que vuelan por el aire y nos dejan boquiabiertos con su espectáculo.

Los cocuyos pertenecen a la familia de los elatéridos, que son unos escarabajos que pueden saltar cuando se caen de espaldas. Su nombre científico es Pyrophorus, que significa "portador de fuego". También se les llama de muchas otras formas, como tucu-tucu, cucuyo, cucubano o luciérnaga. Pero no te confundas, los cocuyos no son luciérnagas de verdad. Las luciérnagas son otros insectos que también brillan, pero de forma diferente.

Los cocuyos tienen un truco muy especial para producir luz. En su tórax y en su abdomen tienen unas manchas amarillas que son como unos focos. Dentro de esas manchas hay unas sustancias llamadas luciferina y luciferasa, que al mezclarse hacen una reacción química que genera luz. Lo más curioso es que esa luz no quema ni calienta, es totalmente fría. Los cocuyos usan esa luz para comunicarse entre ellos, para buscar pareja o para espantar a los que quieren comérselos.

**¿Cómo funciona exactamente la reacción química que produce la luz? Pues resulta que la luciferina es una molécula que al reaccionar con el oxígeno del aire se oxida y libera energía en forma de luz. La luciferasa es una enzima que acelera esa reacción y la hace más eficiente. La luz que se produce tiene una longitud de onda de unos 530 nanómetros, lo que corresponde al color verde del espectro visible. La reacción también consume una molécula llamada ATP, que es la fuente de energía de las células. Los cocuyos pueden controlar la cantidad de luz que emiten regulando el flujo de oxígeno y ATP hacia las glándulas luminosas. Así pueden hacer señales intermitentes o continuas según sus necesidades.**

Los cocuyos son animales muy antiguos y se cree que existen desde hace más de 100 millones de años. Viven en lugares cálidos y húmedos de América, sobre todo en el Caribe, Centroamérica y Sudamérica. Les gusta estar en bosques, campos, jardines y cultivos, donde comen plantas, semillas, frutas e insectos. Algunos cocuyos son muy resistentes y pueden aguantar el frío e incluso el hielo. Otros pueden hacer ruidos cuando están boca abajo.

Los cocuyos se reproducen poniendo huevos en el suelo o en la madera podrida. De esos huevos salen unas larvas alargadas que se llaman "gusanos de alambre". Estas larvas viven muchos años bajo tierra o en la madera, comiendo materia orgánica. Cuando crecen se convierten en pupas y luego en adultos. Los adultos pueden vivir entre uno y dos años.

Los cocuyos son insectos maravillosos que nos iluminan con su belleza y su misterio. Son parte de la biodiversidad de nuestro planeta y debemos cuidarlos de las amenazas que sufren como la deforestación, la contaminación lumínica y el uso de pesticidas. Los cocuyos son un regalo de la naturaleza que nos recuerda la magia de la vida.

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